La vocación por ayudar a los demás, unida a una profesión con enormes posibilidades laborales, se hace realidad en la profesión de auxiliar de enfermería. La atención básica a pacientes está cada vez más demandada en centros hospitalarios y clínicas de todo tipo. Para optar por esta titulación, tendrán que llevar a cabo un ciclo formativo en la Formación Profesional, que permitirá seguir estudiando para ir profesionalizándose dentro del sector de la sanidad
Un auxiliar de enfermería es el encargado de ofrecer, de manera profesional y en el ámbito de la sanidad, los cuidados auxiliares que un paciente pueda llegar a necesitar. Parte de sus obligaciones son las de actuar sobre las condiciones sanitarias de su puesto de trabajo bajo el control y supervisión de un enfermero o de un médico, graduado el primero y facultativo el segundo.
Para alcanzar esta titulación, se tendrá que completar una formación de dos años en la Formación Profesional. El curso consta de 1.400 horas repartidas en un año y medio de teoría y 6 meses de prácticas en empresas. Se corresponde a un grado medio, pero, si se quiere se pueden completar los estudios y conseguir un grado superior de FP. Una de las mejores opciones es realizar el Ciclo Formativo de Grado Superior de laboratorio clínico y biomédico que se ofrece en Kapital Inteligente, un Centro de FP a distancia y presencial Privado Homologado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, de referencia en España.
Ya sea para continuar y convertirse en enfermero o para trabajar en un laboratorio, no son pocas las razones por las que resulta realmente interesante ser un auxiliar de enfermería. A continuación, se presentan otros 5 motivos más.
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Una profesión con una alta demanda
Según los datos aportados por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), el puesto de trabajo de los auxiliares de enfermería sigue ocupando las posiciones de cabeza en cuanto a profesiones más demandadas dentro del mercado laboral nacional. Una posición que alcanzó su máximo histórico en el 2015, al convertirse en el segundo más demandado. Con el tiempo, aunque no con la misma intensidad y urgencia, sí que sigue siendo un oficio con una alta empleabilidad.
Entrada en el sector de la sanidad
Gracias a la realización de esta formación, el alumno y posteriormente el profesional podrá dar sus primeros pasos en un entorno sanitario y comprobar si realmente es la profesión de la que quiere hacer carrera y en la que permanecer el resto de su vida. Durante el último tramo de la formación, en las prácticas, será necesario recurrir a todas las herramientas aprendidas en la teoría y llevarlas a la práctica realizando funciones en un centro hospitalario, clínica o cualquier institución relacionada con la salud.
Ayudar como vocación
El auxiliar de enfermería posee de forma natural el don de ayudar a los demás. Disfruta facilitando la vida a aquellos que lo tienen más difícil. Este profesional podrá cumplir su sueño de ser útil a los demás en muy poco tiempo, pues en tan solo dos años de estudios ya podrá acceder a un puesto de trabajo.
Diferentes lugares de trabajo posibles, incluida Europa
Ya sea en la sanidad privada o pública, en hospitales ambulatorios, clínicas, geriátricos, sanatorios e incluso ambulancias. Todos estos centros requieren de auxiliares de enfermería cualificados, por lo que el propio profesional podrá elegir la opción que más le pueda interesar.
Por otro lado, es interesante saber que este es un perfil laboral con una alta demanda en Europa, sobre todo en los económicamente más fuertes, como pueden ser Alemania, Francia o Reino Unido.
Cualidades para ser un auxiliar de enfermería
Es un trabajo muy atractivo por los elementos antes relacionados, pero no todo el mundo está capacitado para ejecutarlo con precisión y con profesionalidad. Para que un auxiliar de enfermería esté satisfecho con su trabajo y pueda realizarlo correctamente, será necesario poseer estas cualidades.
Trato amable y empatía
Siempre se deberá tratar a un paciente de forma considerada, en ocasiones con elevadas dosis de paciencia. Habrá que recordar que las personas que se tratan pasan por una situación especialmente crítica, por lo que hay que saber cómo actuar del mejor modo posible, incluso cuando ellos no lo hacen.
En este sentido, hay que ser empáticos, entender y comprender su estado, poniéndose en su lugar, teniendo como fin que se sientan cómodos, seguros y confiados en presencia del auxiliar.
Disciplina, seriedad, profesionalidad
No se deberá dudar en acometer las tareas que médicos y enfermeros soliciten a este tipo de profesional, por lo que cumplir órdenes no debe suponer ningún problema.
En este sentido, se requiere también que se cumpla con el deber en las malas, pero también en situaciones distendidas que inviten a las risas y a la diversión, es decir, nunca habrá de olvidarse del puesto que se está ocupando y el desempeño profesional de todas las tareas.
Discreción, delicadeza, trabajo en equipo y habilidades comunicativas
Por último, es muy importante saber llevar a cabo algunos trabajos especialmente delicados en los que se espera un mayor nivel de respeto, discreción y delicadeza hacia el paciente (alimentación, aseos, ayuda en el momento de orinar…)
En otros momentos, en la mayoría de ellos, será indispensable saber trabajar con otros compañeros, repartiendo tareas con el objetivo claro de mejorar la situación del enfermo.
En ambas situaciones se requiere cierta habilidad comunicativa, tanto para hacerse entender con el paciente como para tratar con el resto del equipo sanitario, evitando confusiones, sobre todo en los momentos más críticos.