Ejercicios para prevenir sobreesfuerzos

Prevenir sobreesfuerzos en el trabajo

Vamos a describir un programa de ejercicios para la prevención de sobreesfuerzos en el trabajo. Se trata de un conjunto de estiramientos dirigidos a mitigar la tensión muscular, las posturas forzadas y los sobreesfuerzos sobre el sistema musculoesquelético, que pueden deteriorar los tejidos que cubren a las articulaciones.

La realización de estos ejercicios de forma periódica te ayudará a disminuir la tensión acumulada en tu día a día.

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Los estiramientos te ayudarán a preparar la musculatura para trabajos dinámicos o de gran esfuerzo, disminuir el estrés y la tensión, prevenir las lesiones musculares, aliviar el dolor y aumentar la elasticidad de tus articulaciones

Las precauciones antes de realizar estos ejercicios son:

  • No estires si tienes cualquier tipo de lesión articular.
  • Realiza el movimiento suave y progresivamente hasta notar una barrera de tensión.
  • Una vez logrado este punto mantén la posición durante 6 u 8 segundos y vuelve paulatinamente a tu posición inicial.
  • Respeta la regla del no dolor; es más efectivo un estiramiento suave y mantenido que un estiramiento brusco y corto.
  • No realices rebotes.
  • Ante cualquier lesión previa consulta a un especialista.

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Cervicales – Trapecio

  1. Extiende la muñeca y coloca el brazo a lo largo del cuerpo
  2. Toma aire y desciende el hombro hacia abajo. Mantén esta posición y después acerca la barbilla al pecho ladeando ligeramente la cabeza realiza lo con ambos lados

Cervicales – inclinación cervical

  • Gira la cabeza hacia un lado y otro con suavidad. Los ojos deben acompañar el movimiento hacia el lado de giro cervicales.

Extensión cervical

  • Lleva la barbilla lentamente hacia abajo, dejando que todo el peso de la cabeza caiga hacia el pecho.
  • Después eleva la barbilla, sin llegar a la extensión completa.

Cervicales – movimientos circulares

  • Con los hombros realiza ejercicios amplios, con ambos hombros de forma simultánea. Este ejercicio ayuda a que el peso de los hombros no recaiga sobre el cuello.

Extremidad superior – deltoides

  • Lleva un brazo hacia la horizontal, sosteniendo la postura con el brazo contrario.

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Extremidad superior – tríceps

  • Flexiona el codo sobre el brazo, dirigiéndolo hacia el techo.

Extremidad superior  – musculatura epicondílea

  • A continuación, con la palma de la mano hacia abajo y el codo extendido cierra el puño y flexiona la muñeca, ayudándote de nuevo con la otra mano.

Extremidad superior – musculatura epitoclear

  • Con las palmas de las manos hacia arriba y el codo estirado, extiende la muñeca sosteniendo con la otra mano los dedos, y llevándola ligeramente hacia atrás. Con este ejercicio conseguirás una relajación de los músculos anteriores del antebrazo. Si utilizas herramientas es conveniente terminar este ejercicio flexibilizando los dedos, realizando el estiramiento en cada uno de ellos.

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Columna dorsal

  • Rodea con los dos brazos el tórax.
  • Inclina la cabeza ligeramente hacia abajo y reposa unos segundos, notando la tensión en los músculos de la zona media de la espalda.

Columna lumbar

  • Con las rodillas semiflexionadas inclina el tronco hacia adelante hasta tocar el suelo.
  • Incorpórate lenta y progresivamente.

Columna lumbar – lateralizaciones

  • Con las piernas ligeramente abiertas y la cadera fija, inclina el tronco hacia un lado y a continuación hacia el otro.

Columna lumbar – rotaciones

  • Con la misma postura de inicio que el estiramiento anterior, los hombros rotarán hacia ambos lados manteniendo la espalda recta.

Extremidad inferior – cuádriceps

  • Flexiona la rodilla acercando el talón al glúteo.
  • Sostén la punta del pie en este punto notando la tensión en la zona anterior del muslo.

Extremidad inferior – isquiotibiales

  • Cruza una pierna por delante de la otra.
  • Flexiona el tronco hasta percibir una sensación de estiramiento en la parte posterior de la pierna.

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Extremidad inferior – abductores

  • Para este ejercicio necesitamos separar un poco los pies y así aumentar nuestra base de sustentación.
  • Inclínate ligeramente hacia un lado mientras la pierna contraria se estira lateralmente. Mantén esta posición unos ocho o diez segundos.

Extremidad inferior – gemelos

  • Coloca un pie delante del otro y flexiona la rodilla más adelantada sin levantar los talones, de tal forma que recibas una tensión en el gemelo de la pierna contraria.
  • Otra forma de estirar este músculo es ayudándonos del apoyo en una pared o bien una superficie inclinada.

Recuerda que estos ejercicios son saludables para tu musculatura. No olvides practicarlos de forma periódica para mantener tus articulaciones en buen estado.

Movilización de pacientes

Técnicas de movilización de pacientes

Efectuar las maniobras de movilización correctamente nos ayudará a evitar lesiones y problemas musculoesqueléticos derivados de nuestro trabajo como personal sanitario. Igualmente, aprender estas técnicas nos servirá para poder aplicarlas a otras actividades de la vida diaria que no tengan relación directa con nuestro desempeño profesional en un centro sanitario.

Recomendaciones generales

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  1. Aprovecha las ayudas técnicas. Por ejemplo: grúas, sillas de ruedas, etc.
  2. Evita sobrecargas, solicitando a tus compañeros que te ayuden en las movilizaciones.
  3. Fomenta la autonomía de los pacientes, para que no tengas que hacer tú toda la fuerza. Evitarás lesiones y los pacientes mejorarán su autoestima. Además el ejercicio siempre les vendrá bien.
  4. Siempre debes doblar las rodillas al movilizar a un paciente, manteniendo la espalda recta.
  5. Debes aproximarte lo más posible al paciente a la hora de movilizarlo.
  6. Aprovéchate del peso de tu cuerpo al realizar las movilizaciones. Usar tu cuerpo como contrapeso te ayudará a hacer menos esfuerzo. Comprobarás que los auxiliares de enfermería con más experiencia son capaces de manejar a pacientes muy pesados sin que apenas se note que se están esforzando.
  7. Mantén los pies separados. Así crearás una base de apoyo más estable, y te resultará más difícil desequilibrarte.
  8. Ayúdate con los elementos externos que estén a tu alcance, como pueda ser el cabecero de la cama o las barandillas laterales.
  9. Sube o baja la cama de manera que esté más o menos a la altura de tus caderas.
  10. Haz los agarres preferiblemente utilizando las palmas de las manos para evitar tener que hacer mucha fuerza con los dedos.

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Movilización en cama – Giro lateral hacia la izquierda (una auxiliar)

  1. Nos aproximaremos a la cama, situándonos al lado del paciente, en su costado izquierdo.
  2. Flexionaremos la rodilla del paciente más alejada de nosotros, que en este caso es la derecha.
  3. Colocaremos los brazos del paciente cruzados sobre su pecho.
  4. Situaremos nuestro brazo izquierdo a la altura de su rodilla derecha, y nuestro brazo derecho sobre su escápula derecha.
  5. Colocaremos nuestro pie derecho un poco adelantado con respecto a nuestro pie izquierdo.
  6. Tiraremos hacia nosotros, movilizando al paciente hacia la izquierda, mientras desplazamos nuestro cuerpo hacia atrás.

Mover al paciente hacia el cabecero de la cama ( dos auxiliares )

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Opción 1

  • Se sitúa cada auxiliar a un lado de la cama.
  • Doblamos las rodillas del paciente con las plantas de los pies apoyadas en la cama.
  • Se coloca uno de nuestros pies en dirección al cabezal.
  • Apoyamos la pierna contraria encima de la cama.
  • Los dos auxiliares cruzan una de sus manos por debajo de los omóplatos del paciente.
  • Con las manos que les quedan libres se agarran al cabecero.
  • Los dos hacen tracción hacia el cabecero, desplazando al paciente hacia arriba, cuidando de no golpearle la cabeza.

Opción 2

  • Se colocan los auxiliares a ambos lados de la cama.
  • Cruzan los brazos por debajo de los omóplatos del paciente.
  • El paciente tiene las plantas de los pies apoyadas, y las rodillas flexionadas.
  • Las dos auxiliares sitúan sus manos libres en la parte posterior de los muslos del paciente.
  • Ambas auxiliares mantienen las piernas separadas y un pie orientado hacia el cabecero.
  • Ahora efectúan una cinta lateral con lo que desplazan el peso de un pie al otro, impulsando al paciente hacia arriba.

Opción 3

  • Cada auxiliar se pone a un lado de la cama.
  • El paciente doblará las rodillas, con los pies apoyados en la superficie de la cama.
  • Previamente se habrá colocado una entremetida, o sábana doblada, que abarque la cintura pélvica y zona escapular del paciente.
  • Se enrollarán los extremos de entremetida, para poder agarrarla con ambas manos firmemente.
  • Se le pedirá al paciente que ayude un poco empujando cuando contemos hasta tres.
  • Empujaremos hacia arriba realizando una cinta lateral, con las piernas separadas y uno de nuestros pies señalando hacia el cabecero.

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Supino-sedestación

  • Nos aproximamos a la cama, colocando los brazos del paciente cruzados sobre el pecho y los pies cruzados uno sobre el otro, a la altura de los tobillos. De esa forma conseguimos una posición de seguridad del paciente.
  • Ahora colocamos uno de nuestros brazos por debajo de sus omóplatos, y el otro a la altura de sus rodillas.
  • Pivotamos con nuestros pies y sacamos las piernas del paciente hasta colocarlo sentado en la cama, al empujar con los dos brazos.
  • Podemos ayudarnos subiendo el cabecero de la cama, si es articulada. Así tendremos que hace menos fuerza.
  • Cuando el paciente tiene mucha envergadura podemos utilizar una sábana, rodeando al paciente en zigzag,
  • Basculamos nuestro cuerpo hacia atrás y tiramos de los extremos de la sábana con nuestras manos.

 

Transferencia cama – sillón

  1. Nos colocaremos enfrente del paciente.
  2. Hemos de asegurarnos de que las plantas de los pies del paciente estén en contacto con el suelo.
  3. Situamos sus brazos en nuestra cintura, evitando que se agarre con sus manos de nuestro cuello.
  4. Bloqueamos con nuestros pies la pierna del lado hacia el que se dirigirá el giro.
  5. Flexionamos ahora nuestras rodillas.
  6. Sujetamos por detrás del paciente, a la altura de sus escápulas.
  7. Basculamos nuestro peso hacia atrás, haciendo que el paciente se incorpore.
  8. Efectuamos el giro hacia el sillón, soltando al paciente en el sillón con suavidad.

 

Transferencia silla – silla  (dos auxiliares)

  1. Las dos auxiliares se sitúan a ambos lados del paciente.
  2. Pasan una toalla por debajo de los muslos del paciente.
  3. Flexionan el tronco del paciente hacia delante.
  4. De esa forma formarán un bloque compacto y uniforme las tres personas.
  5. Las auxiliares agarran la toalla con una mano, y la otra la sitúan en el lado más alejado de la cadera del paciente.
  6. Se sincroniza el movimiento de las dos auxiliares, levantando al paciente y desplazándolo hasta la silla de destino.

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Reposicionamiento

  1. Nos situamos por detrás del paciente, que está sentado en una silla de ruedas, por ejemplo.
  2. Colocamos sus brazos cruzados sobre su vientre.
  3. Pasamos nuestros brazos por debajo se sus axilas agarrando fuerte sus brazos.
  4. Flexionamos la espalda del paciente hacia delante.
  5. Desplazamos el cuerpo del paciente hacia nosotros, mientras basculamos nuestro cuerpo para aprovechar nuestro propio peso.

En la maniobra de reposicionamiento anterior hemos recolocado a un paciente que se había escurrido hacia abajo, y queríamos hacerle volver a una posición más erguida. En la siguiente maniobra nuestro paciente se ha descolocado todavía unos grados más, y estaba prácticamente acostado en la silla de ruedas o el sillón.

  1. Colocaremos los pies del paciente en una posición de 90 grados.
  2. Bloquearemos sus pies apoyando nuestra rodilla sobre la suya.
  3. Una vez tengamos sus pies bloqueados, flexionaremos el tronco del paciente hacia delante, sujetándolo de las escápulas.
  4. Basculamos nuestro cuerpo para ayudarnos a levantarlo con nuestro propio peso.
  5. Aprovechando el movimiento basculante reposicionaremos al paciente empujándolo hacia el fondo de la silla.

 

Caídas

  1. Esta maniobra sólo se llevará a cabo cuando esté asegurado el estado físico del paciente.
  2. Indicaremos al paciente que vamos a proceder a levantarle del suelo, solicitando su colaboración y evitando que se asuste.
  3. Antes de nada, valoraremos el empleo de una ayuda mecánica, si disponemos de ella.
  4. Si no disponemos de ayuda técnica deberemos levantar al paciente entre un mínimo de dos personas.
  5. Cada uno de los auxiliares se colocará a un lado del paciente, flexionando el tronco de este y bloqueando sus pies.
  6. Se agarrará al paciente desde la escápula y cadera del mismo lado.
  7. Las auxiliares desplazarán lateralmente el peso del cuerpo, levantando al paciente en bloque.
  8. En caso de que estemos deambulando con un paciente y se caiga, debemos acompañarle suavemente en la caída, para evitar que se produzca un impacto contra el suelo o algún objeto.

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Ayudas técnicas

La movilización de los pacientes puede facilitarse con el empleo de ayudas técnicas. Estas ayudas deberán ajustarse a las características del paciente y la necesidad de movilización concreta que persigamos en cada momento.

Es necesario conocer perfectamente las instrucciones de las ayudas, para sacarles el máximo rendimiento y evitar un mal uso, que podría derivar en un accidente u otro perjuicio para el paciente.

Del mismo modo, los profesionales que utilicen con frecuencia estas ayudas conocerán las medidas adecuadas para llevar a cabo el mantenimiento y almacenaje de las mismas, para preservar su buen estado y operatividad.

Ejemplos de ayudas técnicas:

  • grúa de elevación.
  • grúa de bipedestación.
  • tabla de transferencia.
  • transfer.
  • cinturón con cintas.
  • sábana deslizante.
  • disco de giro.

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Siempre es recomendable mantenerse en forma y cuidar nuestro estado físico. Además, hay que acostumbrarse a realizar estiramientos de manera habitual, y siempre que tengamos que realizar una actividad que requiera un esfuerzo físico importante. Esto nos mantendrá alejados de las lesiones.

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