En este artículo vamos a contarte todo lo que tienes que saber sobre la ocupación de Auxiliar de Geriatría, que junto con la profesión de Auxiliar de Enfermería es una de las más demandadas actualmente, y más salidas tiene, tanto en el sector público como privado.
Auxiliar de Geriatría
Ejercicios para prevenir sobreesfuerzos
Prevenir sobreesfuerzos en el trabajo
Vamos a describir un programa de ejercicios para la prevención de sobreesfuerzos en el trabajo. Se trata de un conjunto de estiramientos dirigidos a mitigar la tensión muscular, las posturas forzadas y los sobreesfuerzos sobre el sistema musculoesquelético, que pueden deteriorar los tejidos que cubren a las articulaciones.
La realización de estos ejercicios de forma periódica te ayudará a disminuir la tensión acumulada en tu día a día.
Los estiramientos te ayudarán a preparar la musculatura para trabajos dinámicos o de gran esfuerzo, disminuir el estrés y la tensión, prevenir las lesiones musculares, aliviar el dolor y aumentar la elasticidad de tus articulaciones
Las precauciones antes de realizar estos ejercicios son:
- No estires si tienes cualquier tipo de lesión articular.
- Realiza el movimiento suave y progresivamente hasta notar una barrera de tensión.
- Una vez logrado este punto mantén la posición durante 6 u 8 segundos y vuelve paulatinamente a tu posición inicial.
- Respeta la regla del no dolor; es más efectivo un estiramiento suave y mantenido que un estiramiento brusco y corto.
- No realices rebotes.
- Ante cualquier lesión previa consulta a un especialista.
Cervicales – Trapecio
- Extiende la muñeca y coloca el brazo a lo largo del cuerpo
- Toma aire y desciende el hombro hacia abajo. Mantén esta posición y después acerca la barbilla al pecho ladeando ligeramente la cabeza realiza lo con ambos lados
Cervicales – inclinación cervical
- Gira la cabeza hacia un lado y otro con suavidad. Los ojos deben acompañar el movimiento hacia el lado de giro cervicales.
Extensión cervical
- Lleva la barbilla lentamente hacia abajo, dejando que todo el peso de la cabeza caiga hacia el pecho.
- Después eleva la barbilla, sin llegar a la extensión completa.
Cervicales – movimientos circulares
- Con los hombros realiza ejercicios amplios, con ambos hombros de forma simultánea. Este ejercicio ayuda a que el peso de los hombros no recaiga sobre el cuello.
Extremidad superior – deltoides
- Lleva un brazo hacia la horizontal, sosteniendo la postura con el brazo contrario.
Extremidad superior – tríceps
- Flexiona el codo sobre el brazo, dirigiéndolo hacia el techo.
Extremidad superior – musculatura epicondílea
- A continuación, con la palma de la mano hacia abajo y el codo extendido cierra el puño y flexiona la muñeca, ayudándote de nuevo con la otra mano.
Extremidad superior – musculatura epitoclear
- Con las palmas de las manos hacia arriba y el codo estirado, extiende la muñeca sosteniendo con la otra mano los dedos, y llevándola ligeramente hacia atrás. Con este ejercicio conseguirás una relajación de los músculos anteriores del antebrazo. Si utilizas herramientas es conveniente terminar este ejercicio flexibilizando los dedos, realizando el estiramiento en cada uno de ellos.
Columna dorsal
- Rodea con los dos brazos el tórax.
- Inclina la cabeza ligeramente hacia abajo y reposa unos segundos, notando la tensión en los músculos de la zona media de la espalda.
Columna lumbar
- Con las rodillas semiflexionadas inclina el tronco hacia adelante hasta tocar el suelo.
- Incorpórate lenta y progresivamente.
Columna lumbar – lateralizaciones
- Con las piernas ligeramente abiertas y la cadera fija, inclina el tronco hacia un lado y a continuación hacia el otro.
Columna lumbar – rotaciones
- Con la misma postura de inicio que el estiramiento anterior, los hombros rotarán hacia ambos lados manteniendo la espalda recta.
Extremidad inferior – cuádriceps
- Flexiona la rodilla acercando el talón al glúteo.
- Sostén la punta del pie en este punto notando la tensión en la zona anterior del muslo.
Extremidad inferior – isquiotibiales
- Cruza una pierna por delante de la otra.
- Flexiona el tronco hasta percibir una sensación de estiramiento en la parte posterior de la pierna.
Extremidad inferior – abductores
- Para este ejercicio necesitamos separar un poco los pies y así aumentar nuestra base de sustentación.
- Inclínate ligeramente hacia un lado mientras la pierna contraria se estira lateralmente. Mantén esta posición unos ocho o diez segundos.
Extremidad inferior – gemelos
- Coloca un pie delante del otro y flexiona la rodilla más adelantada sin levantar los talones, de tal forma que recibas una tensión en el gemelo de la pierna contraria.
- Otra forma de estirar este músculo es ayudándonos del apoyo en una pared o bien una superficie inclinada.
Recuerda que estos ejercicios son saludables para tu musculatura. No olvides practicarlos de forma periódica para mantener tus articulaciones en buen estado.
Movilización de pacientes
Técnicas de movilización de pacientes
Efectuar las maniobras de movilización correctamente nos ayudará a evitar lesiones y problemas musculoesqueléticos derivados de nuestro trabajo como personal sanitario. Igualmente, aprender estas técnicas nos servirá para poder aplicarlas a otras actividades de la vida diaria que no tengan relación directa con nuestro desempeño profesional en un centro sanitario.
Recomendaciones generales
- Aprovecha las ayudas técnicas. Por ejemplo: grúas, sillas de ruedas, etc.
- Evita sobrecargas, solicitando a tus compañeros que te ayuden en las movilizaciones.
- Fomenta la autonomía de los pacientes, para que no tengas que hacer tú toda la fuerza. Evitarás lesiones y los pacientes mejorarán su autoestima. Además el ejercicio siempre les vendrá bien.
- Siempre debes doblar las rodillas al movilizar a un paciente, manteniendo la espalda recta.
- Debes aproximarte lo más posible al paciente a la hora de movilizarlo.
- Aprovéchate del peso de tu cuerpo al realizar las movilizaciones. Usar tu cuerpo como contrapeso te ayudará a hacer menos esfuerzo. Comprobarás que los auxiliares de enfermería con más experiencia son capaces de manejar a pacientes muy pesados sin que apenas se note que se están esforzando.
- Mantén los pies separados. Así crearás una base de apoyo más estable, y te resultará más difícil desequilibrarte.
- Ayúdate con los elementos externos que estén a tu alcance, como pueda ser el cabecero de la cama o las barandillas laterales.
- Sube o baja la cama de manera que esté más o menos a la altura de tus caderas.
- Haz los agarres preferiblemente utilizando las palmas de las manos para evitar tener que hacer mucha fuerza con los dedos.
Movilización en cama – Giro lateral hacia la izquierda (una auxiliar)
- Nos aproximaremos a la cama, situándonos al lado del paciente, en su costado izquierdo.
- Flexionaremos la rodilla del paciente más alejada de nosotros, que en este caso es la derecha.
- Colocaremos los brazos del paciente cruzados sobre su pecho.
- Situaremos nuestro brazo izquierdo a la altura de su rodilla derecha, y nuestro brazo derecho sobre su escápula derecha.
- Colocaremos nuestro pie derecho un poco adelantado con respecto a nuestro pie izquierdo.
- Tiraremos hacia nosotros, movilizando al paciente hacia la izquierda, mientras desplazamos nuestro cuerpo hacia atrás.
Mover al paciente hacia el cabecero de la cama ( dos auxiliares )
Opción 1
- Se sitúa cada auxiliar a un lado de la cama.
- Doblamos las rodillas del paciente con las plantas de los pies apoyadas en la cama.
- Se coloca uno de nuestros pies en dirección al cabezal.
- Apoyamos la pierna contraria encima de la cama.
- Los dos auxiliares cruzan una de sus manos por debajo de los omóplatos del paciente.
- Con las manos que les quedan libres se agarran al cabecero.
- Los dos hacen tracción hacia el cabecero, desplazando al paciente hacia arriba, cuidando de no golpearle la cabeza.
Opción 2
- Se colocan los auxiliares a ambos lados de la cama.
- Cruzan los brazos por debajo de los omóplatos del paciente.
- El paciente tiene las plantas de los pies apoyadas, y las rodillas flexionadas.
- Las dos auxiliares sitúan sus manos libres en la parte posterior de los muslos del paciente.
- Ambas auxiliares mantienen las piernas separadas y un pie orientado hacia el cabecero.
- Ahora efectúan una cinta lateral con lo que desplazan el peso de un pie al otro, impulsando al paciente hacia arriba.
Opción 3
- Cada auxiliar se pone a un lado de la cama.
- El paciente doblará las rodillas, con los pies apoyados en la superficie de la cama.
- Previamente se habrá colocado una entremetida, o sábana doblada, que abarque la cintura pélvica y zona escapular del paciente.
- Se enrollarán los extremos de entremetida, para poder agarrarla con ambas manos firmemente.
- Se le pedirá al paciente que ayude un poco empujando cuando contemos hasta tres.
- Empujaremos hacia arriba realizando una cinta lateral, con las piernas separadas y uno de nuestros pies señalando hacia el cabecero.
Supino-sedestación
- Nos aproximamos a la cama, colocando los brazos del paciente cruzados sobre el pecho y los pies cruzados uno sobre el otro, a la altura de los tobillos. De esa forma conseguimos una posición de seguridad del paciente.
- Ahora colocamos uno de nuestros brazos por debajo de sus omóplatos, y el otro a la altura de sus rodillas.
- Pivotamos con nuestros pies y sacamos las piernas del paciente hasta colocarlo sentado en la cama, al empujar con los dos brazos.
- Podemos ayudarnos subiendo el cabecero de la cama, si es articulada. Así tendremos que hace menos fuerza.
- Cuando el paciente tiene mucha envergadura podemos utilizar una sábana, rodeando al paciente en zigzag,
- Basculamos nuestro cuerpo hacia atrás y tiramos de los extremos de la sábana con nuestras manos.
Transferencia cama – sillón
- Nos colocaremos enfrente del paciente.
- Hemos de asegurarnos de que las plantas de los pies del paciente estén en contacto con el suelo.
- Situamos sus brazos en nuestra cintura, evitando que se agarre con sus manos de nuestro cuello.
- Bloqueamos con nuestros pies la pierna del lado hacia el que se dirigirá el giro.
- Flexionamos ahora nuestras rodillas.
- Sujetamos por detrás del paciente, a la altura de sus escápulas.
- Basculamos nuestro peso hacia atrás, haciendo que el paciente se incorpore.
- Efectuamos el giro hacia el sillón, soltando al paciente en el sillón con suavidad.
Transferencia silla – silla (dos auxiliares)
- Las dos auxiliares se sitúan a ambos lados del paciente.
- Pasan una toalla por debajo de los muslos del paciente.
- Flexionan el tronco del paciente hacia delante.
- De esa forma formarán un bloque compacto y uniforme las tres personas.
- Las auxiliares agarran la toalla con una mano, y la otra la sitúan en el lado más alejado de la cadera del paciente.
- Se sincroniza el movimiento de las dos auxiliares, levantando al paciente y desplazándolo hasta la silla de destino.
Reposicionamiento
- Nos situamos por detrás del paciente, que está sentado en una silla de ruedas, por ejemplo.
- Colocamos sus brazos cruzados sobre su vientre.
- Pasamos nuestros brazos por debajo se sus axilas agarrando fuerte sus brazos.
- Flexionamos la espalda del paciente hacia delante.
- Desplazamos el cuerpo del paciente hacia nosotros, mientras basculamos nuestro cuerpo para aprovechar nuestro propio peso.
En la maniobra de reposicionamiento anterior hemos recolocado a un paciente que se había escurrido hacia abajo, y queríamos hacerle volver a una posición más erguida. En la siguiente maniobra nuestro paciente se ha descolocado todavía unos grados más, y estaba prácticamente acostado en la silla de ruedas o el sillón.
- Colocaremos los pies del paciente en una posición de 90 grados.
- Bloquearemos sus pies apoyando nuestra rodilla sobre la suya.
- Una vez tengamos sus pies bloqueados, flexionaremos el tronco del paciente hacia delante, sujetándolo de las escápulas.
- Basculamos nuestro cuerpo para ayudarnos a levantarlo con nuestro propio peso.
- Aprovechando el movimiento basculante reposicionaremos al paciente empujándolo hacia el fondo de la silla.
Caídas
- Esta maniobra sólo se llevará a cabo cuando esté asegurado el estado físico del paciente.
- Indicaremos al paciente que vamos a proceder a levantarle del suelo, solicitando su colaboración y evitando que se asuste.
- Antes de nada, valoraremos el empleo de una ayuda mecánica, si disponemos de ella.
- Si no disponemos de ayuda técnica deberemos levantar al paciente entre un mínimo de dos personas.
- Cada uno de los auxiliares se colocará a un lado del paciente, flexionando el tronco de este y bloqueando sus pies.
- Se agarrará al paciente desde la escápula y cadera del mismo lado.
- Las auxiliares desplazarán lateralmente el peso del cuerpo, levantando al paciente en bloque.
- En caso de que estemos deambulando con un paciente y se caiga, debemos acompañarle suavemente en la caída, para evitar que se produzca un impacto contra el suelo o algún objeto.
Ayudas técnicas
La movilización de los pacientes puede facilitarse con el empleo de ayudas técnicas. Estas ayudas deberán ajustarse a las características del paciente y la necesidad de movilización concreta que persigamos en cada momento.
Es necesario conocer perfectamente las instrucciones de las ayudas, para sacarles el máximo rendimiento y evitar un mal uso, que podría derivar en un accidente u otro perjuicio para el paciente.
Del mismo modo, los profesionales que utilicen con frecuencia estas ayudas conocerán las medidas adecuadas para llevar a cabo el mantenimiento y almacenaje de las mismas, para preservar su buen estado y operatividad.
Ejemplos de ayudas técnicas:
- grúa de elevación.
- grúa de bipedestación.
- tabla de transferencia.
- transfer.
- cinturón con cintas.
- sábana deslizante.
- disco de giro.
Siempre es recomendable mantenerse en forma y cuidar nuestro estado físico. Además, hay que acostumbrarse a realizar estiramientos de manera habitual, y siempre que tengamos que realizar una actividad que requiera un esfuerzo físico importante. Esto nos mantendrá alejados de las lesiones.
Cómo vestir y desvestir a un paciente encamado
Cambiar la bata de un enfermo encamado
Vestir o desvestir a un paciente que se encuentra encamado es una de las situaciones en las que una Auxiliar de Enfermería va a encontrarse todos los días, si trabaja en la planta de un hospital o en una residencia de ancianos, por citar dos ejemplos muy habituales.
En caso de que la Auxiliar no cuente con la ayuda de otra compañera, deberá utilizar las barandillas de seguridad de la cama, para impedir que el paciente pueda caerse al suelo durante la movilización.
Lo primero será colocar al paciente en posición de decúbito lateral. Recordemos que nuestra intención es retirarle la bata sucia y ponerle posteriormente una bata límpia.
- Subiremos la bata, pasándola por el hombro.
- Elevaremos un poco el brazo que no está apoyado, flexionándolo.
- Pasaremos el codo, para extraer la bata.
- Una vez hemos quitado la bata, introduciremos la manga de la bata limpia, mientras el paciente sigue en esa posición.
- En caso de que el paciente sea portador de un suero siempre desvestiremos primero el brazo que esté libre.
- Ahora colocaremos al paciente en decúbito supino y nos situaremos al otro lado de la cama.
- Hemos de recordar subir la barandilla del lado donde nos encontremos.
- Volveremos a girar al paciente, colocándolo de nuevo en decúbito lateral.
- Descolgaremos el suero del palo de gotero o de donde se encuentre colgado.
- Pasaremos el suero a través de la manga de la bata sucia.
- Es recomendable cerrar la rueda que regula el goteo previamente, durante los segundos que dure esta última operación.
- Volveremos a abrir la rueda inmediatamente, en el momento en el que el suero se encuentre colgado de nuevo.
- Es muy importante hacer todos los movimientos con suavidad, para no estirar sin darnos cuenta del sistema del suero y que la vía pueda perderse. Es una incidencia que se produce con demasiada frecuencia, debido a que se se va con prisas, o no se está vigilando atentamente que el sistema no esté tirante en ningún momento, porque la aguja o el catéter podría salirse por ese motivo.
- Seguidamente, pasaremos el suero a través de la manga de la bata límpia que está todavía por colocar, subiendo la manga hasta el hombro.
- Nos aseguraremos de abrochar la bata al paciente, para que quede bien sujeta.
- Volveremos a colocar al paciente en decúbito supino.
- Estiraremos las sábanas para que quede la cama bien hecha, sin arrugas.
- Dejaremos ambas barandillas subidas.
- Comprobaremos que el paciente se encuentre bien y que el suero gotee al ritmo adecuado. En caso de que haya dejado de gotear avisaremos inmediatamente a la enfermera, para que lo revise.
- Hay que recordar que todas la movilizaciones de pacientes deben realizarse con guantes.
Cómo desplazar a un paciente hacia el cabecero de la cama
Es habitual en la práctica diaria encontrarnos con un paciente que ha ido deslizándose hacia abajo de la cama. Resulta frecuente verlo en pacientes que hemos acomodado en la posición de Fowler.
Para volver a situarlos en la posición original, primero deberemos distinguir entre dos casos muy distintos: si el paciente colabora, o si no lo hace.
Si el paciente no colabora
En este caso será necesaria la intervención de dos auxiliares.
Emplearemos dos técnicas diferentes:
- movilización del paciente hacia la parte superior de la cama CON ayuda de una entremetida.
- movilización del paciente hacia la parte superior de la cama SIN ayuda de una entremetida.
Con entremetida
- pondremos al paciente de lado. Una de las auxiliares lo sujetará para que se mantenga en decúbito lateral.
- la segunda auxiliar pasará la entremetida por debajo de la espalda del paciente, desde los muslos hasta la zona de la cabeza.
- ahora situaremos al paciente en decúbito lateral opuesto, de forma que la auxiliar que había situado la entremetida por debajo del paciente será la que ahora sujetará al paciente, mientras la segunda auxiliar estirará la entremetida hacia ella.
- colocaremos al paciente en decúbito supino. Ahora el paciente se encontrará acostado encima de la entremetida.
- en este momento las dos auxiliares cogerán con fuerza los extremos de la entremetida y desplazarán hacia arriba al paciente, hasta situar su cabeza en la zona de la almohada, que previamente habremos retirado.
- una vez situado el paciente en su nueva posición, le colocaremos la almohada. Previamente habremos retirado la entremetida, enrollándola desde un lateral de la cama y sacándola por la opuesta, ladeando al paciente como se había hecho en un principio.
- en ocasiones es interesante mantener la entremetida en esta posición, para facilitar la maniobra en otro momento. Algunas auxiliares ya colocan la entremetida en el momento de cambiar las sábanas, para que luego resulte más sencillo movilizar al paciente.
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Sin entremetida
- Para evitar rozamientos y facilitar la maniobra, doblaremos las rodillas del paciente en decúbito supino, de manera que se encuentre apoyando las plantas de los pies sobre la cama.
- Cada una de las dos auxiliares pasará uno de sus brazos por debajo de la cadera del paciente, y el otro por detrás de los hombros, sujetando el cuello. La almohada la colocaremos en posición vertical, para evitar que el paciente se golpée con el cabecero de la cama o la pared en caso de que hagamos la maniobra con demasiada potencia. Lamentablemente, es una circunstancia que ocurre con mucha frecuencia por emplear demasiada intensidad en la maniobra o cuando los pacientes tienen un peso más ligero del que aparentan.
- Ambas auxiliares deben acordar una señal en el momento de desplazar al paciente hacia arriba, para evitar que el impulso se ejecute a destiempo, anticipándose una de las dos, ya que se puede lesionar al paciente con facilidad al hacer la maniobra sólo desde un lado.
Si el paciente colabora
- La maniobra se simplifica, ya que sólo es necesaria la presencia de una auxiliar:
- Colocaremos al paciente en decúbito supino, con la cama horizontal si no hay contraindicación que lo desaconseje y le pediremos que ponga las plantas de los pies apoyadas sobre la cama, con las rodillas flexionadas.
- Si fuera posible, pediremos al paciente que coloque una de las manos, la más alejada de nosotros, sobre el cabecero, agarrándose para ayudar en el desplazamiento hacia arriba. Previamente habremos colocado la almohada en posición vertical, a modo de paragolpes.
- Pasaremos uno de nuestros brazos por detrás de su hombro, sujetándole el cuello, o el hombro más alejado de nosotros. El otro brazo lo pasaremos hacia su otro hombro por debajo de la axila del paciente que esté más cercana a nosotros. El paciente, a su vez, debe agarrarse de nuestro hombro, pasando su brazo por debajo de nuestra axila.
- Es muy importante realizar la maniobra con la espalda nuestra recta, para evitar lesionarnos. Nuestras piernas deben estar semiflexionadas. El pie de atrás deberá estar situado en dirección a la cama, mientras que el pie más cercano al cabecero deberá situarse en dirección al movimiento, ya que al efectuar la maniobra bascularemos para desplazar la fuerza desde nuestra pierna de atrás a la situada más arriba.
- Habremos acordado una señal con el paciente para realizar la maniobra, por ejemplo «a la de tres». En el momento convenido el paciente levantará la cadera empujando con las plantas de los pies hacia arriba, ayudándose de los brazos, uno de los cuales puede estar agarrado a nuestro hombro o ambos al cabecero. Nosotros empujaremos su cuerpo hacia arriba, cuidando de que su cabeza esté convenientemente protegida frente a un exceso de impulso.
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Una vez efectuada la maniobra nos aseguraremos de que el paciente se encuentre bien colocado en la cama, con la ropa estirada sin formarse arrugas. Le preguntaremos si se encuentra cómodo y si necesita algo en lo que le podamos ayudar. Posteriormente, se registrará el cambio efectuado, anotando la hora en que se realizó y documentando cualquier incidencias que haya podido producirse durante la movilización.
Como cambiar el pañal a un enfermo
Vamos a describir los pasos necesarios para realizar un cambio de pañal cuando la persona está acostada. Antes de nada preparamos todo el material necesario, para evitar dejar sola a la persona a la que vamos a cambiar el pañal.
¿Qué material necesitaremos?
- guantes
- bolsa de basura
- pañal límpio
- útiles de aseo:
- palangana
- toalla
- esponjas desechables
- loción hidratante
Comenzaremos informando de lo que vamos a hacer, buscando que la persona esté con el ánimo de facilitar el cambio de pañal y colabore en todo lo posible en su cuidado. Una vez destapado y colocado en decúbito supino le quitamos el pañal usado, despegando los elásticos y bajando la parte que le quedaba en el abdomen hasta dejarla enrollada en la entrepierna.
Movilizamos a la persona, colocándola en decúbito lateral. Una vez colocada de lado realizaremos el aseo de la zona si fuera necesario, para después colocar el pañal limpio. Abrimos el pañal y lo situamos debajo de la cadera, colocando la parte posterior a la altura de la cintura. Para facilitar la colocación doblamos la parte lateral del pañal que queda sobre la cama sobre sí misma de forma que la zona de la pegatina quede en la parte superior.
Giramos a la persona para colocarla boca arriba sacando el pañal sucio y ajustando el limpio. Estiramos la zona lateral del pañal con cuidado y ajustamos los elásticos a la entrepierna. Despegamos los adhesivos de la parte lateral y los pegamos sobre la parte anterior, ajustándolos a la cintura.
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Para finalizar nos quitamos los guantes y acomodamos a la persona, dándole las gracias por su ayuda. A continuación recogemos el material empleado.
No olvidemos que para mantener la higiene y dignidad de la persona es conveniente realizar un pequeño aseo cada vez que se hace un cambio de pañal, para limpiar la zona y evitar infecciones. Del mismo modo, es importante observar el estado de la piel y si aparecen alteraciones informar a la enfermera o médico correspondiente.
También es importante observar cualquier cambio en la orina y en las heces para comunicarlo. Y nunca escatimar con los guantes. Es fundamental que siempre estén límpios. Si es necesario cambiarlos en más de una ocasión así lo haremos, para evitar contaminaciones no deseadas, que puede desencadenar problemas de salud.
Tengamos siempre en cuenta que es nuestra obligación preservar la intimidad y privacidad de las personas a las que estamos cuidando. En ocasiones podrá parecer que no se están enterando de nada, pero no siempre es así, y nuestro deber es actuar como nos gustaría que actuaran con nosotros.
Movilizar al paciente de la cama a la silla, y de la silla al inodoro
Para realizar el traslado del paciente de la cama a la silla, de la silla al váter y realizar el camino de vuelta a la ubicación de origen, se colocará la silla lo más cerca posible de la cama y en la dirección del movimiento procederemos a retirar los reposapiés y frenar la silla. Posteriormente adecuaremos la cama a la altura de la silla, colocando la cama en un plano recto.
Ahora cruzaremos la pierna del paciente que queda más alejada de la movilización por encima de la otra y las acercamos al extremo de la cama. La auxiliar sujeta con una mano la espalda del paciente y con la ayuda de sus rodillas realiza un movimiento sincronizado. Se mantiene unos minutos sujetando al paciente sentado en el borde de la cama para que se acostumbre a la nueva situación y evitar el mareo.
Seguidamente habrá que adecuar la altura de la cama hasta conseguir que los pies del paciente toquen el suelo y colocarles sus zapatillas. La auxiliar de Enfermería, con su pierna bloqueará la rodilla del paciente más alejada del sentido de la maniobra y colocará el otro pie en la dirección del movimiento.
Abrazaremos al paciente y le pediremos que él nos abrace. Realizaremos la maniobra con una rotación y colocando al paciente en la silla. Al finalizar la maniobra se colocarán los pies del paciente encima del reposapiés y se procederá a la recolocación del paciente en la silla si durante la maniobra el paciente ha quedado sentado en una forma inadecuada. Para realizar esta recolocación en la silla la auxiliar se coloca detrás de la silla.
Seguidamente hay que sujetar al paciente por debajo de las axilas y cruzar los brazos del paciente con un solo movimiento hacia arriba y atrás. Si hemos realizado correctamente la operación para recolocar bien al paciente en la silla se observará que la espalda del paciente esté recta y apoyada en el respaldo de la silla.
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Para llevar al paciente de la silla al inodoro llevamos al paciente hacia el lavabo con la silla de ruedas, colocamos la silla de ruedas perpendicular a la taza del váter y retiramos los reposapiés. La auxiliar bloqueará la rodilla más lejana al váter y con el otro pie marcará la dirección del movimiento. Realizaremos el movimiento en tres pasos: primero colocar el paciente de pie, seguidamente rotar en dirección a la taza del váter, y por últimotres se le pedirá al paciente que se sujete con su mano en la barandilla de seguridad. Mientras la auxiliar con una mano sigue sujetando al paciente con la otra le ayuda a bajarse el pantalón del pijama. Por último se le ayudará a sentarse en la taza del váter y se preservará al máximo su intimidad:
Del váter a la silla el profesional asiste al paciente cuando éste toca el timbre, para que vayan a ayudarle. Hay que colocar al paciente en bipedestación mientras que él se sujeta con una mano a la barandilla de seguridad del váter. Si es posible él con la otra mano se limpiará la zona anal y genital, pero si no le es posible hacerlo lo realizará la auxililar, ayudándole a subirse el pantalón del pijama para realizar la misma maniobra que anteriormente, para poderlo sentar en la silla, acomodando correctamente al paciente en la silla, y recolocándolo si hace falta.
Colocaremos sus pies encima del soporte correspondiente de la parte inferior de la silla. Ahora, para desplazarlo de la silla a la cama se colocará la silla paralela a la cama, frenaremos la silla de ruedas y retiraremos el reposapiés. La auxiliar con su pierna bloqueará la rodilla del paciente más alejada del sentido de la maniobra y colocará su otro pie en la dirección del movimiento.
Realizará la maniobra abrazando al paciente y le pedíamos que se siente en el borde de la cama. La auxiliar después de adecuar la altura de la cama a una altura con la que pueda trabajar de manera adecuada, efectuará un movimiento de rotación estirando al paciente en la cama. Si es necesario colocará al paciente en la cama realizando un desplazamiento longitudinal en dirección craneal para terminar asegurándose de que no queden arrugas en la sabana. Es importante preservar la intimidad del paciente en todo momento.
Cambios posturales
¿Cómo se hacen los cambios posturales?
La movilización de los pacientes y los cambios posturales son necesarios para evitar las afecciones respiratorias, como por ejemplo los acúmulos de secreciones, las afecciones circulatorias, la tensión baja, o las piernas hinchadas y las afecciones cutáneas que pueden originarse en diferentes partes del cuerpo.
Comenzamos con los cambios posturales: el paciente se encuentra boca arriba y vamos a cambiarle de forma lateral, bien sea izquierda, o bien sea derecha. Cogemos una almohada, se la pegamos a la espalda para que no vuelva a su postura inicial. La otra almohada se mete entre las piernas para proteger las zonas de apoyo. Una vez que lo tenemos en esta posición pasaremos a la posición de boca arriba. Retiramos las almohadas. Estos cambios posturales los podemos realizar cada dos horas, siempre respetando el sueño.
El siguiente cambio postural que vamos a realizar es semi sentado o sentado. Sujetaremos bien al paciente por la cabeza, colocaremos bien las almohadas para que le sirvan de apoyo, colocaremos una almohada debajo de las piernas para que el apoyo del coxis no sea tan fuerte. Una vez realizado este cambio podemos volver otra vez a la situación inicial boca arriba y le pondremos los pies elevados por si los tuviera demasiado inflamados. Cualquiera de estos cambios posturales los podemos aprovechar por la noche o por el día para cambiarle también el absorbente o pañal.
Hemos colocado la almohada debajo de los pies para que estén elevados y así poder evitar que se recargue. Con esto hemos terminado los cambios posturales y pasaremos a levantarle de la cama a la silla. Para lo cual pondremos una sábana en la silla para que esté más cómodo.
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Vamos a proceder a ponerle de forma lateral, sujetándole las piernas y los brazos se coloca al paciente en el borde de la cama y se le bajan las piernas hacia el suelo. Así quedará sentado, y una vez sentado seguiremos los siguientes pasos: rodearemos al paciente pasando los brazos por la axila, sujetándole la espalda. Los pies se los dejamos separados y le giraremos dando unos pequeños pasitos para colocarle de espaldas a la silla. Flexionamos las piernas y lentamente le sentamos, colocamos una almohada para que pueda sujetar los hombros y la cabeza .
Ahora arroparemos a nuestro paciente con una manta para que no sienta frío. Así le dejaremos hasta que él se encuentre cómodo o esté cansado. Cuando ya esté cansado procederemos a ponerle de la silla a la cama. Le retiraremos la manta o almohada y nos colocaremos frente a él, cogiéndole por debajo de las axilas e incorporándole hacia arriba haciendo un giro de sus piernas con las nuestras, apoyándole en el borde de la cama, sujetándole las piernas hacia arriba a la vez que le sujetamos la cabeza. Una vez que está en la cama ya procederemos a centrarle y a colocarle cómodo.
Si se encuentra cómodo así le dejaremos y si no le pondremos de forma lateral para que no tenga tanto apoyo en las zonas más arriesgadas. De esta forma le dejamos protegidos todos los puntos de apoyo que puedan sufrir por la presión. Con esto hemos terminado la forma de levantarlos de la cama a la silla y de la silla a la cama.