¿Dónde seguir formándose con cursos para auxiliares de enfermería?

Convertirse en un Técnico Auxiliar de Enfermería es el sueño de muchos chicos y chicas que desean dedicarse a esta labor tan necesaria dentro del ámbito sanitario. La formación es esencial para conseguir este objetivo y por ello realizar cursos para auxiliares de enfermería es algo imprescindible y todos los que puedas hacer influirán de manera decisiva y positiva en tu currículum.

Pero igual que formarse es importante elegir bien dónde hacerlo, ya que no todos los cursos y formaciones que encuentres son apropiadas para tu desarrollo profesional. En DAE formación cuentan con los mejores cursos para auxiliares de enfermería acreditados y que además puedes hacer en modalidad online al 100%. De esta forma puedes compatibilizarlo con tu jornada laboral e ir avanzando a tu ritmo.

Con los cursos de DAE Formación, que ofrece una amplia selección de cursos online para Técnicos auxiliares de enfermería, vas a adquirir mayores conocimientos, habilidades y aptitudes que te van a ayudar a convertirte en un TCAE experto en diferentes materias. La formación resulta clave, además, para poder acceder a mejores empleos.

¿Qué características deben reunir los cursos de formación?

Los cursos de formación para técnicos auxiliares de enfermería deben ser impartidos por un equipo docente especializado que garantice que la formación a recibir sea de la más alta calidad. Esto es lo primero que hay que tener en cuenta pero, además, debes prestar atención a características como las siguientes:

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Actualizar conocimientos

Los cursos para auxiliares de enfermería deben estar diseñados para actualizar conocimientos que se van quedando obsoletos con el paso de los años. El sector sanitario va incorporando nuevas metodologías, tratamientos y técnicas que los auxiliares de enfermería deben ir aprendiendo para adaptarse a las nuevas necesidades de su profesión. La atención y movilización de personas dependientes o la nutrición y salud humana son algunos de los ámbitos donde se vuelve más necesario una formación recurrente.

Especializarse en una rama

Los cursos de formación para técnicos en cuidados auxiliares de enfermería son esenciales para que estos profesionales puedan especializarse en alguna rama que sea de su interés. Por ejemplo, los cursos pueden ayudar a los TCAE a especializarse como técnico de enfermería en quirófanos o como técnico en unidades de hospitalización, por ejemplo. El objetivo de la formación es, como no puede ser de otra forma, aportar a los auxiliares de enfermería los conocimientos y herramientas para llegar a tener el puesto que desean dentro de las posibilidades de su profesión.

Desarrollar nuevas destrezas

Con la formación a través de cursos especializados los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería pueden desarrollar nuevas destrezas y habilidades que le son de utilidad para el día a día. Por ejemplo, existen cursos para que los TCAE puedan desarrollar nuevas destrezas y aptitudes para el cuidado y atención a personas de edad avanzada. O formación especializada para ampliar los conocimientos en lactancia materna y alimentación infantil. La formación es clave para convertirse en un TCAE con amplios conocimientos y con una gran capacidad de resolver todo tipo de situaciones complejas.

Desarrollo profesional y humano

Los cursos y la formación son también muy importantes para que el profesional alcance un mayor grado de desarrollo profesional y humano. Con la formación adecuada los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería pueden aprender la importancia de la humanización del trato con los pacientes y cómo atender a pacientes con patologías crónicas, por ejemplo. También la formación es importante para que los TCAE sepan desenvolverse y actuar ante situaciones extremas o urgentes de manera resolutiva. Todo ello hace al profesional más humano, pero también lo capacita para saber actuar ante un amplio abanico de situaciones de gravedad.

La formación ahora es más accesible que nunca para los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería gracias a Internet. La existencia de cursos online en distintas especialidades que puedes hacer cómodamente cuando el trabajo y la vida familiar te lo permitan facilita mucho las cosas a estos profesionales.

En resumen, los cursos para auxiliares de enfermería a través de Internet que se pueden hacer poco a poco permiten a los profesionales de este sector mejorar sus competencias y conocimientos compatibilizando la formación con su desarrollo profesional. Una oportunidad al alcance de cualquiera y que solo necesita de un dispositivo con conexión a Internet.

Prepararse online oposiciones para Auxiliar de Enfermería

Formación online de Oposiciones de Sanidad

La revolución de la formación online ha cambiado para siempre la forma de mantenerse actualizados en los conocimientos y aptitudes. No es únicamente la comodidad de aprender desde casa, sin tener que desplazarnos a centros que pueden quedar lejos, incluso fuera de nuestro lugar de residencia. También hay que tener en cuenta el dinero que ahorramos, y el tiempo que podemos dedicar a otras cosas, sin malgastarlo en desplazamientos que no proporcionan ningún valor añadido.

Aprender sin tener que someternos a horarios establecidos, pudiendo hacerlo en cualquier horario constituye un adelanto impensable hasta hace no tanto tiempo que se popularizó el e-learning.

Las plataformas virtuales han evolucionado mucho desde las primeras que aparecieron en Internet. Aquellas eran grises, aburridas y su manejo estaba bastante alejado de la usabilidad que se supone que debe tener un campus virtual, donde se pretende que la experiencia del usuario sea buena, no solamente por la calidad de los contenidos formativos, sino también por la facilidad de uso y el diseño atractivo de la interfaz.

Las nuevas plataformas formativas son cada día más intuitivas y a través de ellas se facilita la interacción entre alumnos y profesores.

La evaluación de conocimientos se realiza con exámenes tipo test, donde los profesores pueden comprobar que el alumno está asimilando los conocimientos correctamente, y actuar rápidamente en caso de detectar un retraso en la evolución de los alumnos, o un rendimiento deficiente.

En la web de APPF encontramos un buen ejemplo de una empresa que organiza cursos sanitarios para Auxiliares de Enfermería, una de las profesiones sanitarias más demandadas hoy en día. A consecuencia de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, la figura del Auxiliar de Enfermería se ha visto reforzada como una pieza clave en el conjunto de las profesiones sanitarias.

Las oportunidades laborales son amplias y diversas, tanto en la sanidad pública como en la privada.

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Una de las opciones más interesantes para los titulados en el Grado Medio de Formación Profesional de Auxiliar de Enfermería, también denominados TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería) es la de las oposiciones.

En España tenemos una ratio de profesionales sanitarios muy inferior a la de los demás países que forman la Unión Europea, donde la proporción de sanitarios por cada 1000 habitantes es mucho más alta que en nuestro país.

El Gobierno parece empezar a darse cuenta de la urgente necesidad de aumentar las plantillas, tanto en la Atención Primaria como en la Hospitalaria, donde actualmente la situación es muy deficitaria a nivel de recursos humanos.

Por eso se ha puesto en marcha una Oferta Pública de Empleo, para cubrir toda la demanda existente a través de Oposiciones.

En APPF son especialistas en la preparación de oposiciones para Auxiliares de Enfermería. Además, en su web hay multitud de recursos para fortalecer y ampliar la formación, y artículos interesantes que enseñan trucos, técnicas de estudio y estrategias. Todo esto acompañado por redes sociales donde compartir dudas y experiencias, cuentas de influencers, así como sugerencias de otros sitios web interesantes.

La APPF tiene un extenso catálogo formativo que cubre las necesidades de actualización de conocimientos en materias y especialidades sanitarias y no sanitarias.

Cursos homologados para oposiciones de Personal Sanitario

  • Cursos para Auxiliares de Enfermería
  • Cursos para Enfermería
  • Cursos para Farmacéuticos
  • Cursos para Fisioterapeutas
  • Cursos para Matronas
  • Cursos para Médicos
  • Cursos para Psicólogos
  • Cursos para Técnicos Especialistas en Laboratorio Clínico
  • Cursos para Técnicos de Emergencias – TES
  • Cursos para Técnicos en Farmacia y Parafarmacia
  • Cursos para Técnico Superior en Dietética

Curso homologados para Personal no Sanitario

  • Cursos para Celadores y para Celadores Conductores
  • Cursos para Administrativos
  • Cursos para Auxiliares Administrativos
  • Cursos para Licenciados
  • Cursos para Diplomados
  • Cursos para Pinches
  • Cursos para Cocineros
  • Cursos para Trabajadores Sociales
  • Cursos para Personal no sanitario de instituciones sanitarias y/o sociales

Estos cursos son baremables, y están homologados. Están reconocidos en todas las Comunidades Autónomas del Estado Español, de forma que puntúan como méritos en concursos de traslados, oposiciones de Sanidad, y bolsas de empleo.

La calidad de la formación está garantizada por la Universidad Nebrija que es quien certifica los créditos ECTS.

Actualmente, más que nunca, es obligatorio que los profesionales sanitarios sean conscientes de que necesitan actualizar sus conocimientos, porque los avances científicos influyen directamente en los protocolos clínicos y terapéuticos.

Las instituciones sanitarias deben asumir su responsabilidad a la hora de garantizar que sus profesionales se mantienen al día, para poder garantizar la mejor asistencia a sus pacientes.

La formación debe ser impartida por profesores que no estén alejados del ámbito clínico. En Ciencias de la Salud, limitarse a los aspectos teóricos del entorno académico no es lo más aconsejable.

Fracturas de cadera

Artrosis de cadera

La artrosis, también llamada osteoartritis, es una descomposición del tejido (cartílago) que amortigua las articulaciones. Muchas personas tienen algo de artrosis a medida que envejecen. Cuando el cartílago de las articulaciones de la cadera se desgasta, el hueso de la cadera roza con la cavidad de la cadera. Esto provoca dolor y rigidez.

Hay que confiar en los profesionales sanitarios para encontrar la combinación adecuada de tratamientos para la artrosis. Hay cosas que se pueden hacer en casa para proteger las articulaciones de la cadera, aliviar el dolor y ayudar a mantener la actividad. Pero si la artrosis se agrava tanto que no permite caminar, es posible que se necesite una intervención quirúrgica para sustituir la articulación de la cadera.

El objetivo es evitar la temida y frecuente fractura de cadera. Una vez se produce se hace imprescindible la intervención de especialistas sanitarios capaces de asumir los cuidados para las roturas de cadera.

Los cuidados de seguimiento son una parte fundamental del  tratamiento y la seguridad del paciente. Hay que contactar con la enfermera y el médico ante cualquier eventualidad. También es conveniente conocer los resultados de las pruebas y llevar una lista de los medicamentos que estamos tomando. Hay que poner especial atención en las fechas y horarios de las citas, con recordatorios que impidan que nos olvidemos de acudir a la consulta.

rotura de cadera

Recomendaciones relacionadas con las fracturas de cadera

  • Mantener un peso saludable. El sobrepeso supone un esfuerzo adicional para las articulaciones de la cadera.
  • Hablar con el médico, enfermera, o fisioterapeuta sobre los ejercicios que nos ayudarán a aliviar el dolor de cadera. Estos consejos pueden ser útiles:
  1. Estirar para evitar la rigidez y prevenir lesiones antes de hacer ejercicio. Se pueden practicar ejercicios suaves de yoga para ayudar a mantener las articulaciones y los músculos flexibles.
  2. Caminar en lugar de correr. Otros tipos de ejercicio que son menos estresantes para las articulaciones son montar en bicicleta, nadar y hacer ejercicios en el agua.
  3. Levantar pesas. Unos músculos fuertes ayudan a reducir la tensión en las articulaciones. Unos músculos más fuertes en los muslos, por ejemplo, eliminan parte de la tensión de las rodillas y las caderas. Hay que aprender la forma correcta de levantar pesos para no empeorar el dolor articular.
  4. Tomar los analgésicos exactamente como se indica, sin automedicarse.
  5. Hay analgésicos que no precisan de receta para su dispensación, pero siempre hay que contar con el médico para que nos dé su aprobación antes de tomarlos.
  6. Podemos utilizar un bastón, una muleta, un andador u otro dispositivo si necesitamos ayuda para desplazarnos. Esto puede ayudar a descansar las caderas. También se pueden utilizar otras cosas que nos faciliten la vida, como un asiento de inodoro más alto.
  7. No hay que sentarse en sillas bajas, que pueden hacer que sintamos dolor al levantarnos.
  8. Poner calor o frío en las caderas doloridas según sea necesario. Hay que utilizar la opción más efectiva. Y también se pueden alternar compresas calientes y frías. Si utilizamos hielo tendremos en cuenta colocar una protección para que no haga contacto directo con la piel, para evitar quemaduras.
  9. Las almohadillas térmicas son eficaces en muchos casos, aplicando calor varias veces al día, durante no más de 30 minutos. Del mismo modo, las duchas calientes pueden proporcionar alivio a los pacientes doloridos.

¿Cuándo contactar con el médico o la enfermera?

En estos casos:

  • Tiene hinchazón, calor o dolor repentinos en la articulación.
  • Tiene dolor en las articulaciones y fiebre o sarpullido.
  • Tiene un dolor tan intenso que no puede utilizar la articulación.
  • Tiene síntomas articulares leves que continúan incluso con más de 6 semanas de cuidados en casa.
  • No mejora como se esperaba.
  • Tiene dolor de estómago u otros problemas con el medicamento.

 

 

Motivos para ser Auxiliar de Enfermería

La vocación por ayudar a los demás, unida a una profesión con enormes posibilidades laborales, se hace realidad en la profesión de auxiliar de enfermería. La atención básica a pacientes está cada vez más demandada en centros hospitalarios y clínicas de todo tipo. Para optar por esta titulación, tendrán que llevar a cabo un ciclo formativo en la Formación Profesional, que permitirá seguir estudiando para ir profesionalizándose dentro del sector de la sanidad

Un auxiliar de enfermería es el encargado de ofrecer, de manera profesional y en el ámbito de la sanidad, los cuidados auxiliares que un paciente pueda llegar a necesitar. Parte de sus obligaciones son las de actuar sobre las condiciones sanitarias de su puesto de trabajo bajo el control y supervisión de un enfermero o de un médico, graduado el primero y facultativo el segundo.

motivos para estudiar auxiliar de enfermería

Para alcanzar esta titulación, se tendrá que completar una formación de dos años en la Formación Profesional. El curso consta de 1.400 horas repartidas en un año y medio de teoría y 6 meses de prácticas en empresas. Se corresponde a un grado medio, pero, si se quiere se pueden completar los estudios y conseguir un grado superior de FP. Una de las mejores opciones es realizar el Ciclo Formativo de Grado Superior de laboratorio clínico y biomédico que se ofrece en Kapital Inteligente, un Centro de FP a distancia y presencial Privado Homologado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, de referencia en España.

Ya sea para continuar y convertirse en enfermero o para trabajar en un laboratorio, no son pocas las razones por las que resulta realmente interesante ser un auxiliar de enfermería. A continuación, se presentan otros 5 motivos más.

Una profesión con una alta demanda

Según los datos aportados por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), el puesto de trabajo de los auxiliares de enfermería sigue ocupando las posiciones de cabeza en cuanto a profesiones más demandadas dentro del mercado laboral nacional. Una posición que alcanzó su máximo histórico en el 2015, al convertirse en el segundo más demandado. Con el tiempo, aunque no con la misma intensidad y urgencia, sí que sigue siendo un oficio con una alta empleabilidad.

Entrada en el sector de la sanidad

Gracias a la realización de esta formación, el alumno y posteriormente el profesional podrá dar sus primeros pasos en un entorno sanitario y comprobar si realmente es la profesión de la que quiere hacer carrera y en la que permanecer el resto de su vida. Durante el último tramo de la formación, en las prácticas, será necesario recurrir a todas las herramientas aprendidas en la teoría y llevarlas a la práctica realizando funciones en un centro hospitalario, clínica o cualquier institución relacionada con la salud.

Ayudar como vocación

El auxiliar de enfermería posee de forma natural el don de ayudar a los demás. Disfruta facilitando la vida a aquellos que lo tienen más difícil. Este profesional podrá cumplir su sueño de ser útil a los demás en muy poco tiempo, pues en tan solo dos años de estudios ya podrá acceder a un puesto de trabajo.

Diferentes lugares de trabajo posibles, incluida Europa

Ya sea en la sanidad privada o pública, en hospitales ambulatorios, clínicas, geriátricos, sanatorios e incluso ambulancias. Todos estos centros requieren de auxiliares de enfermería cualificados, por lo que el propio profesional podrá elegir la opción que más le pueda interesar.

Por otro lado, es interesante saber que este es un perfil laboral con una alta demanda en Europa, sobre todo en los económicamente más fuertes, como pueden ser Alemania, Francia o Reino Unido.

Cualidades para ser un auxiliar de enfermería

Es un trabajo muy atractivo por los elementos antes relacionados, pero no todo el mundo está capacitado para ejecutarlo con precisión y con profesionalidad. Para que un auxiliar de enfermería esté satisfecho con su trabajo y pueda realizarlo correctamente, será necesario poseer estas cualidades.

Trato amable y empatía

Siempre se deberá tratar a un paciente de forma considerada, en ocasiones con elevadas dosis de paciencia. Habrá que recordar que las personas que se tratan pasan por una situación especialmente crítica, por lo que hay que saber cómo actuar del mejor modo posible, incluso cuando ellos no lo hacen.

En este sentido, hay que ser empáticos, entender y comprender su estado, poniéndose en su lugar, teniendo como fin que se sientan cómodos, seguros y confiados en presencia del auxiliar.

Disciplina, seriedad, profesionalidad

No se deberá dudar en acometer las tareas que médicos y enfermeros soliciten a este tipo de profesional, por lo que cumplir órdenes no debe suponer ningún problema.

En este sentido, se requiere también que se cumpla con el deber en las malas, pero también en situaciones distendidas que inviten a las risas y a la diversión, es decir, nunca habrá de olvidarse del puesto que se está ocupando y el desempeño profesional de todas las tareas.

Discreción, delicadeza, trabajo en equipo y habilidades comunicativas

Por último, es muy importante saber llevar a cabo algunos trabajos especialmente delicados en los que se espera un mayor nivel de respeto, discreción y delicadeza hacia el paciente (alimentación, aseos, ayuda en el momento de orinar…)

En otros momentos, en la mayoría de ellos, será indispensable saber trabajar con otros compañeros, repartiendo tareas con el objetivo claro de mejorar la situación del enfermo.

En ambas situaciones se requiere cierta habilidad comunicativa, tanto para hacerse entender con el paciente como para tratar con el resto del equipo sanitario, evitando confusiones, sobre todo en los momentos más críticos.

 

 

Tipos de camas hospitalarias

Diferentes tipos de camillas y camas hospitalarias:

En cualquier institución sanitaria, sea pública o privada, encontraremos camas que se utilizan como complemento a la asistencia sanitaria que allí se presta.  Estas camas se dividen en dos tipos: Las camillas y las camas hospitalarias; las cuales a su vez se dividen en subgrupos.

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Con el nombre de “camillas” se denominan todas aquellas camas que tienen las características idóneas para servir de traslado o transporte de los pacientes en el interior del centro sanitario o en ambulancias. Las camillas también se utilizan para la exploración del paciente.

Son esas camas que vemos en el interior de la consulta de la enfermera o el médico. Aquellas en donde nos piden que nos sentemos o recostemos para realizar exploraciones o curas.

Las camas hospitalarias  son todas aquellas que se destinan para el descanso de los pacientes durante el tiempo que deban estar hospitalizados o bajo supervisión médica dentro del centro sanitario.

Las camillas pueden ser de diferentes tipos:

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.- Camillas articuladas: Se caracterizan por su capacidad de ser elevadas respecto al plano de la cama.

Lo normal es que la articulación se ubique a la altura de la cabeza del paciente y que se eleven hasta  90 grados.

Algunas incluyen ruedas pero no todas lo hacen. Serán con las que más comúnmente nos toparemos en los centros de asistencia sanitaria.

.-Camillas rígidas:  No disponen de la capacidad de elevación de la parte superior de la camilla. Pueden llevar ruedas como complemento o no hacerlo.

.- Camillas de espátula: Se trata de camillas especiales que se usan para mantener inmovilizados a los pacientes que han sufrido traumatismos, o de los que se sospeche que los han sufrido, hasta su traslado hacia la camilla que les servirá de transporte definitivo.

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Se conforman por dos partes irregulares desde el aspecto longitudinal, las cuales se unen. Son además articuladas en ambos extremos (inferior o superior).

.- Camillas de ambulancia: Se caracterizan por ser articuladas en la parte correspondiente a las extremidades inferiores. Esto quiere decir que se pueden elevar en cierto ángulo respecto a la forma vertical de la cama.

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Poseen un respaldo reclinable y correas de sujeción para mantener firme al paciente sobre la cama, y proteger al mismo de accidentes durante el traslado.  

Las camas hospitalarias se dividen en los tipos siguientes:

.- Camas rígidas: Se trata, como su nombre lo indica, de camas que no poseen la capacidad de elevarse, es decir, no poseen articulaciones. Pueden tener ruedas o no.

.- Camas articuladas: Estas son las camas que con más frecuencia se utilizan en los hospitales para el descanso de los pacientes, ya que permiten los cambios posturales y se adaptan a las características de cada paciente en concreto.

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Poseen la capacidad de elevarse en diversas zonas que abarcan la parte superior o inferior del cuerpo.

.-Camas de levitación: Estas son las camas indicadas para pacientes con quemaduras que cubren gran parte de su cuerpo o con ampollas en la piel ocasionadas por lesiones.

Deben su nombre a que permiten que los pacientes permanezcan elevados de la cama para evitar el contacto con los accesorios que posee esta.  Ello debido a que los pacientes con esta clase de lesiones no soportan el contacto con objetos.

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Gracias a los dos armazones con los que cuentan y al flujo reiterado de aire caliente que brota de ellas, se consigue esa suspensión.

.-Camas Ortopédicas: También se les conoce como camas traumatológicas. Ello debido a que se trata de un tipo especial de camas que poseen los complementos y características idóneas para la recuperación de pacientes con todo tipo de fracturas o luxaciones.

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Facilitan los tratamientos médicos sobre huesos fracturados al poseer poleas para elevar los huesos rotos y equipos de tracción.

Ejercicios para prevenir sobreesfuerzos

Prevenir sobreesfuerzos en el trabajo

Vamos a describir un programa de ejercicios para la prevención de sobreesfuerzos en el trabajo. Se trata de un conjunto de estiramientos dirigidos a mitigar la tensión muscular, las posturas forzadas y los sobreesfuerzos sobre el sistema musculoesquelético, que pueden deteriorar los tejidos que cubren a las articulaciones.

La realización de estos ejercicios de forma periódica te ayudará a disminuir la tensión acumulada en tu día a día.

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Los estiramientos te ayudarán a preparar la musculatura para trabajos dinámicos o de gran esfuerzo, disminuir el estrés y la tensión, prevenir las lesiones musculares, aliviar el dolor y aumentar la elasticidad de tus articulaciones

Las precauciones antes de realizar estos ejercicios son:

  • No estires si tienes cualquier tipo de lesión articular.
  • Realiza el movimiento suave y progresivamente hasta notar una barrera de tensión.
  • Una vez logrado este punto mantén la posición durante 6 u 8 segundos y vuelve paulatinamente a tu posición inicial.
  • Respeta la regla del no dolor; es más efectivo un estiramiento suave y mantenido que un estiramiento brusco y corto.
  • No realices rebotes.
  • Ante cualquier lesión previa consulta a un especialista.

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Cervicales – Trapecio

  1. Extiende la muñeca y coloca el brazo a lo largo del cuerpo
  2. Toma aire y desciende el hombro hacia abajo. Mantén esta posición y después acerca la barbilla al pecho ladeando ligeramente la cabeza realiza lo con ambos lados

Cervicales – inclinación cervical

  • Gira la cabeza hacia un lado y otro con suavidad. Los ojos deben acompañar el movimiento hacia el lado de giro cervicales.

Extensión cervical

  • Lleva la barbilla lentamente hacia abajo, dejando que todo el peso de la cabeza caiga hacia el pecho.
  • Después eleva la barbilla, sin llegar a la extensión completa.

Cervicales – movimientos circulares

  • Con los hombros realiza ejercicios amplios, con ambos hombros de forma simultánea. Este ejercicio ayuda a que el peso de los hombros no recaiga sobre el cuello.

Extremidad superior – deltoides

  • Lleva un brazo hacia la horizontal, sosteniendo la postura con el brazo contrario.

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Extremidad superior – tríceps

  • Flexiona el codo sobre el brazo, dirigiéndolo hacia el techo.

Extremidad superior  – musculatura epicondílea

  • A continuación, con la palma de la mano hacia abajo y el codo extendido cierra el puño y flexiona la muñeca, ayudándote de nuevo con la otra mano.

Extremidad superior – musculatura epitoclear

  • Con las palmas de las manos hacia arriba y el codo estirado, extiende la muñeca sosteniendo con la otra mano los dedos, y llevándola ligeramente hacia atrás. Con este ejercicio conseguirás una relajación de los músculos anteriores del antebrazo. Si utilizas herramientas es conveniente terminar este ejercicio flexibilizando los dedos, realizando el estiramiento en cada uno de ellos.

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Columna dorsal

  • Rodea con los dos brazos el tórax.
  • Inclina la cabeza ligeramente hacia abajo y reposa unos segundos, notando la tensión en los músculos de la zona media de la espalda.

Columna lumbar

  • Con las rodillas semiflexionadas inclina el tronco hacia adelante hasta tocar el suelo.
  • Incorpórate lenta y progresivamente.

Columna lumbar – lateralizaciones

  • Con las piernas ligeramente abiertas y la cadera fija, inclina el tronco hacia un lado y a continuación hacia el otro.

Columna lumbar – rotaciones

  • Con la misma postura de inicio que el estiramiento anterior, los hombros rotarán hacia ambos lados manteniendo la espalda recta.

Extremidad inferior – cuádriceps

  • Flexiona la rodilla acercando el talón al glúteo.
  • Sostén la punta del pie en este punto notando la tensión en la zona anterior del muslo.

Extremidad inferior – isquiotibiales

  • Cruza una pierna por delante de la otra.
  • Flexiona el tronco hasta percibir una sensación de estiramiento en la parte posterior de la pierna.

estiramientos

Extremidad inferior – abductores

  • Para este ejercicio necesitamos separar un poco los pies y así aumentar nuestra base de sustentación.
  • Inclínate ligeramente hacia un lado mientras la pierna contraria se estira lateralmente. Mantén esta posición unos ocho o diez segundos.

Extremidad inferior – gemelos

  • Coloca un pie delante del otro y flexiona la rodilla más adelantada sin levantar los talones, de tal forma que recibas una tensión en el gemelo de la pierna contraria.
  • Otra forma de estirar este músculo es ayudándonos del apoyo en una pared o bien una superficie inclinada.

Recuerda que estos ejercicios son saludables para tu musculatura. No olvides practicarlos de forma periódica para mantener tus articulaciones en buen estado.

Movilización de pacientes

Técnicas de movilización de pacientes

Efectuar las maniobras de movilización correctamente nos ayudará a evitar lesiones y problemas musculoesqueléticos derivados de nuestro trabajo como personal sanitario. Igualmente, aprender estas técnicas nos servirá para poder aplicarlas a otras actividades de la vida diaria que no tengan relación directa con nuestro desempeño profesional en un centro sanitario.

Recomendaciones generales

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  1. Aprovecha las ayudas técnicas. Por ejemplo: grúas, sillas de ruedas, etc.
  2. Evita sobrecargas, solicitando a tus compañeros que te ayuden en las movilizaciones.
  3. Fomenta la autonomía de los pacientes, para que no tengas que hacer tú toda la fuerza. Evitarás lesiones y los pacientes mejorarán su autoestima. Además el ejercicio siempre les vendrá bien.
  4. Siempre debes doblar las rodillas al movilizar a un paciente, manteniendo la espalda recta.
  5. Debes aproximarte lo más posible al paciente a la hora de movilizarlo.
  6. Aprovéchate del peso de tu cuerpo al realizar las movilizaciones. Usar tu cuerpo como contrapeso te ayudará a hacer menos esfuerzo. Comprobarás que los auxiliares de enfermería con más experiencia son capaces de manejar a pacientes muy pesados sin que apenas se note que se están esforzando.
  7. Mantén los pies separados. Así crearás una base de apoyo más estable, y te resultará más difícil desequilibrarte.
  8. Ayúdate con los elementos externos que estén a tu alcance, como pueda ser el cabecero de la cama o las barandillas laterales.
  9. Sube o baja la cama de manera que esté más o menos a la altura de tus caderas.
  10. Haz los agarres preferiblemente utilizando las palmas de las manos para evitar tener que hacer mucha fuerza con los dedos.

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Movilización en cama – Giro lateral hacia la izquierda (una auxiliar)

  1. Nos aproximaremos a la cama, situándonos al lado del paciente, en su costado izquierdo.
  2. Flexionaremos la rodilla del paciente más alejada de nosotros, que en este caso es la derecha.
  3. Colocaremos los brazos del paciente cruzados sobre su pecho.
  4. Situaremos nuestro brazo izquierdo a la altura de su rodilla derecha, y nuestro brazo derecho sobre su escápula derecha.
  5. Colocaremos nuestro pie derecho un poco adelantado con respecto a nuestro pie izquierdo.
  6. Tiraremos hacia nosotros, movilizando al paciente hacia la izquierda, mientras desplazamos nuestro cuerpo hacia atrás.

Mover al paciente hacia el cabecero de la cama ( dos auxiliares )

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Opción 1

  • Se sitúa cada auxiliar a un lado de la cama.
  • Doblamos las rodillas del paciente con las plantas de los pies apoyadas en la cama.
  • Se coloca uno de nuestros pies en dirección al cabezal.
  • Apoyamos la pierna contraria encima de la cama.
  • Los dos auxiliares cruzan una de sus manos por debajo de los omóplatos del paciente.
  • Con las manos que les quedan libres se agarran al cabecero.
  • Los dos hacen tracción hacia el cabecero, desplazando al paciente hacia arriba, cuidando de no golpearle la cabeza.

Opción 2

  • Se colocan los auxiliares a ambos lados de la cama.
  • Cruzan los brazos por debajo de los omóplatos del paciente.
  • El paciente tiene las plantas de los pies apoyadas, y las rodillas flexionadas.
  • Las dos auxiliares sitúan sus manos libres en la parte posterior de los muslos del paciente.
  • Ambas auxiliares mantienen las piernas separadas y un pie orientado hacia el cabecero.
  • Ahora efectúan una cinta lateral con lo que desplazan el peso de un pie al otro, impulsando al paciente hacia arriba.

Opción 3

  • Cada auxiliar se pone a un lado de la cama.
  • El paciente doblará las rodillas, con los pies apoyados en la superficie de la cama.
  • Previamente se habrá colocado una entremetida, o sábana doblada, que abarque la cintura pélvica y zona escapular del paciente.
  • Se enrollarán los extremos de entremetida, para poder agarrarla con ambas manos firmemente.
  • Se le pedirá al paciente que ayude un poco empujando cuando contemos hasta tres.
  • Empujaremos hacia arriba realizando una cinta lateral, con las piernas separadas y uno de nuestros pies señalando hacia el cabecero.

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Supino-sedestación

  • Nos aproximamos a la cama, colocando los brazos del paciente cruzados sobre el pecho y los pies cruzados uno sobre el otro, a la altura de los tobillos. De esa forma conseguimos una posición de seguridad del paciente.
  • Ahora colocamos uno de nuestros brazos por debajo de sus omóplatos, y el otro a la altura de sus rodillas.
  • Pivotamos con nuestros pies y sacamos las piernas del paciente hasta colocarlo sentado en la cama, al empujar con los dos brazos.
  • Podemos ayudarnos subiendo el cabecero de la cama, si es articulada. Así tendremos que hace menos fuerza.
  • Cuando el paciente tiene mucha envergadura podemos utilizar una sábana, rodeando al paciente en zigzag,
  • Basculamos nuestro cuerpo hacia atrás y tiramos de los extremos de la sábana con nuestras manos.

 

Transferencia cama – sillón

  1. Nos colocaremos enfrente del paciente.
  2. Hemos de asegurarnos de que las plantas de los pies del paciente estén en contacto con el suelo.
  3. Situamos sus brazos en nuestra cintura, evitando que se agarre con sus manos de nuestro cuello.
  4. Bloqueamos con nuestros pies la pierna del lado hacia el que se dirigirá el giro.
  5. Flexionamos ahora nuestras rodillas.
  6. Sujetamos por detrás del paciente, a la altura de sus escápulas.
  7. Basculamos nuestro peso hacia atrás, haciendo que el paciente se incorpore.
  8. Efectuamos el giro hacia el sillón, soltando al paciente en el sillón con suavidad.

 

Transferencia silla – silla  (dos auxiliares)

  1. Las dos auxiliares se sitúan a ambos lados del paciente.
  2. Pasan una toalla por debajo de los muslos del paciente.
  3. Flexionan el tronco del paciente hacia delante.
  4. De esa forma formarán un bloque compacto y uniforme las tres personas.
  5. Las auxiliares agarran la toalla con una mano, y la otra la sitúan en el lado más alejado de la cadera del paciente.
  6. Se sincroniza el movimiento de las dos auxiliares, levantando al paciente y desplazándolo hasta la silla de destino.

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Reposicionamiento

  1. Nos situamos por detrás del paciente, que está sentado en una silla de ruedas, por ejemplo.
  2. Colocamos sus brazos cruzados sobre su vientre.
  3. Pasamos nuestros brazos por debajo se sus axilas agarrando fuerte sus brazos.
  4. Flexionamos la espalda del paciente hacia delante.
  5. Desplazamos el cuerpo del paciente hacia nosotros, mientras basculamos nuestro cuerpo para aprovechar nuestro propio peso.

En la maniobra de reposicionamiento anterior hemos recolocado a un paciente que se había escurrido hacia abajo, y queríamos hacerle volver a una posición más erguida. En la siguiente maniobra nuestro paciente se ha descolocado todavía unos grados más, y estaba prácticamente acostado en la silla de ruedas o el sillón.

  1. Colocaremos los pies del paciente en una posición de 90 grados.
  2. Bloquearemos sus pies apoyando nuestra rodilla sobre la suya.
  3. Una vez tengamos sus pies bloqueados, flexionaremos el tronco del paciente hacia delante, sujetándolo de las escápulas.
  4. Basculamos nuestro cuerpo para ayudarnos a levantarlo con nuestro propio peso.
  5. Aprovechando el movimiento basculante reposicionaremos al paciente empujándolo hacia el fondo de la silla.

 

Caídas

  1. Esta maniobra sólo se llevará a cabo cuando esté asegurado el estado físico del paciente.
  2. Indicaremos al paciente que vamos a proceder a levantarle del suelo, solicitando su colaboración y evitando que se asuste.
  3. Antes de nada, valoraremos el empleo de una ayuda mecánica, si disponemos de ella.
  4. Si no disponemos de ayuda técnica deberemos levantar al paciente entre un mínimo de dos personas.
  5. Cada uno de los auxiliares se colocará a un lado del paciente, flexionando el tronco de este y bloqueando sus pies.
  6. Se agarrará al paciente desde la escápula y cadera del mismo lado.
  7. Las auxiliares desplazarán lateralmente el peso del cuerpo, levantando al paciente en bloque.
  8. En caso de que estemos deambulando con un paciente y se caiga, debemos acompañarle suavemente en la caída, para evitar que se produzca un impacto contra el suelo o algún objeto.

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Ayudas técnicas

La movilización de los pacientes puede facilitarse con el empleo de ayudas técnicas. Estas ayudas deberán ajustarse a las características del paciente y la necesidad de movilización concreta que persigamos en cada momento.

Es necesario conocer perfectamente las instrucciones de las ayudas, para sacarles el máximo rendimiento y evitar un mal uso, que podría derivar en un accidente u otro perjuicio para el paciente.

Del mismo modo, los profesionales que utilicen con frecuencia estas ayudas conocerán las medidas adecuadas para llevar a cabo el mantenimiento y almacenaje de las mismas, para preservar su buen estado y operatividad.

Ejemplos de ayudas técnicas:

  • grúa de elevación.
  • grúa de bipedestación.
  • tabla de transferencia.
  • transfer.
  • cinturón con cintas.
  • sábana deslizante.
  • disco de giro.

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Siempre es recomendable mantenerse en forma y cuidar nuestro estado físico. Además, hay que acostumbrarse a realizar estiramientos de manera habitual, y siempre que tengamos que realizar una actividad que requiera un esfuerzo físico importante. Esto nos mantendrá alejados de las lesiones.

Cómo vestir y desvestir a un paciente encamado

Cambiar la bata de un enfermo encamado

Vestir o desvestir a un paciente que se encuentra encamado es una de las situaciones en las que una Auxiliar de Enfermería va a encontrarse todos los días, si trabaja en la planta de un hospital o en una residencia de ancianos, por citar dos ejemplos muy habituales.

En caso de que la Auxiliar no cuente con la ayuda de otra compañera, deberá utilizar las barandillas de seguridad de la cama, para impedir que el paciente pueda caerse al suelo durante la movilización.

Lo primero será colocar al paciente en posición de decúbito lateral. Recordemos que nuestra intención es retirarle la bata sucia y ponerle posteriormente una bata límpia.

decúbito lateral

  • Subiremos la bata, pasándola por el hombro.
  • Elevaremos un poco el brazo que no está apoyado, flexionándolo.
  • Pasaremos el codo, para extraer la bata.
  • Una vez hemos quitado la bata, introduciremos la manga de la bata limpia, mientras el paciente sigue en esa posición.
  • En caso de que el paciente sea portador de un suero siempre desvestiremos primero el brazo que esté libre.
  • Ahora colocaremos al paciente en decúbito supino y nos situaremos al otro lado de la cama.
  • Hemos de recordar subir la barandilla del lado donde nos encontremos.
  • Volveremos a girar al paciente, colocándolo de nuevo en decúbito lateral.
  • Descolgaremos el suero del palo de gotero o de donde se encuentre colgado.
  • Pasaremos el suero a través de la manga de la bata sucia.
  • Es recomendable cerrar la rueda que regula el goteo previamente, durante los segundos que dure esta última operación.
  • Volveremos a abrir la rueda inmediatamente, en el momento en el que el suero se encuentre colgado de nuevo.
  • Es muy importante hacer todos los movimientos con suavidad, para no estirar sin darnos cuenta del sistema del suero y que la vía pueda perderse. Es una incidencia que se produce con demasiada frecuencia, debido a que se se va con prisas, o no se está vigilando atentamente que el sistema no esté tirante en ningún momento, porque la aguja o el catéter podría salirse por ese motivo.
  • Seguidamente, pasaremos el suero a través de la manga de la bata límpia que está todavía por colocar, subiendo la manga hasta el hombro.
  • Nos aseguraremos de abrochar la bata al paciente, para que quede bien sujeta.
  • Volveremos a colocar al paciente en decúbito supino.
  • Estiraremos las sábanas para que quede la cama bien hecha, sin arrugas.
  • Dejaremos ambas barandillas subidas.
  • Comprobaremos que el paciente se encuentre bien y que el suero gotee al ritmo adecuado. En caso de que haya dejado de gotear avisaremos inmediatamente a la enfermera, para que lo revise.
  • Hay que recordar que todas la movilizaciones de pacientes deben realizarse con guantes.

 

 

Enfermedad de Alzheimer

Fases de la enfermedad de Alzheimer

La evolución de esta enfermedad viene marcada por fases que se diferencian entre sí en función de los síntomas que desencadenan, a pesar de que la misma puede presentarse de manera distinta entre pacientes, ya que su evolución no tiende a ser igual.

Progresa de manera distinta entre una persona y otra. Eso sí, lo hace muy lentamente. No obstante, tarde o temprano todos los que la padecen atraviesan por las siguientes fases:

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.- Primera fase:

A esta primera fase se le conoce como “fase preclínica o pre sintomática”.
Una buena definición de lo que abarca la misma sería considerarla como aquella que ocurre cuando todavía no es posible realizar un diagnóstico de la enfermedad.
La persona aún no padece de Alzheimer cuando presenta características particulares de esta fase, pero depósitos en su cerebro de una proteína llamada amiloide, propia de dicha enfermedad, dan la pista de que con el futuro esta se padecerá.

Incluso podrían hacer su aparición durante la misma déficits de memoria poco significativos. Tan insignificantes que no permiten al médico realizar el diagnóstico.
La enfermedad puede desencadenarse muchos años después de la fase preclínica. De hecho, en algunos llega a tardar hasta 15 años en aparecer.

Esta fase es de sumo interés en entornos de investigación, que es en donde se puede escuchar hablar de ella.
Se tiene la esperanza de lograr un mejor pronóstico en la detección temprana de esta enfermedad, como resultado de las investigaciones de esta fase.

.- Segunda fase:

La segunda fase del Alzheimer se conoce como “Demencia leve o temprana”. Aquí ya le es posible al médico diagnosticar la enfermedad.
La característica propia de la misma es la aparición de déficits en la memoria y capacidad de aprendizaje en forma leve.

Aparecen lapsus en la memoria con respecto a conversaciones o eventos, problemas de concentración, pérdida de memoria relacionados con hechos recientes…
Todo de manera leve, pero ya se empieza a notar el cambio en el entorno familiar, social y laboral de la persona. Quienes la rodean notan los signos que está presentando.

.-Tercera fase:

A la tercera fase de esta enfermedad se le conoce como “Demencia moderada”.
Durante esta fase los déficits en la memoria, capacidad de aprendizaje y cambios cognitivos propios de la fase anterior se acentúan.

Los déficit de memoria son más profundos, la desorientación es más marcada, ya que suelen perder la noción del tiempo y lugar en donde se encuentran, comienzan a tener dificultad para la realización de actividades cotidianas que antes podían hacer por sí mismos, como bañarse, cocinar, etc.

Presentan dificultad para comunicarse, ya que suelen olvidar palabras que necesitan para hacerlo. Pueden aparecer con más asiduidad además, síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios.

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Cuarta fase:

La última fase de esta enfermedad es la que se conoce como “Demencia severa”.
En este punto la misma ha progresado significativamente, y el deterioro a nivel cognitivo y desde el aspecto comportamental de quien la padece es grave.

Existe pérdida de la capacidad para comunicarse de manera coherente, incapacidad para reconocer a algunas personas del entorno cercano, desorientación acentuada, disminución de muchas capacidades físicas.

Esto conlleva  la necesidad de asistencia y supervisión para el aseo personal, para vestirse y otras actividades cotidianas. Se presentan reflejos patológicos de succión, episodios de agresividad, problemas para controlar los esfínteres, y todo esto se va agravando hasta el punto en el cual la persona suele pasar la mayor parte del día en cama o sentada debido a sus incapacidades.

Estirar la espalda correctamente

¿Cómo estirar la espalda correctamente?

El dolor de espalda es uno de los malestares más comunes con el que tenemos que enfrentarnos.

El mal hábito de encorvarse, levantar objetos pesados, mantener una misma postura durante mucho tiempo, estar sentados frente al ordenador durante muchas horas…

Estas y muchas otras de las actividades cotidianas que realizamos diariamente pueden derivar en este molesto dolor.

Afortunadamente, los ejercicios de estiramiento son eficaces para el alivio del mismo.

¿Sabes cómo estirar tu espalda de forma correcta?

Es importante que aprendas a estirarte correctamente ya que es la única forma segura de hacerlo. Piensa que si haces algún movimiento indebido podrías lastimarte.

Se describirán algunos de los ejercicios que podrás emplear con ese propósito a continuación:

Primer ejercicio:

.- Ponte de pie lo más erguido que puedas pero procura estar relajado. Puedes inhalar y exhalar lentamente con ese propósito.

.- Deja las manos en tus costados.

.- Inclínate hacia adelante dejando tus brazos laxos, de forma que caigan hacia abajo y hacia adelante junto a tu movimiento. No dejes de inclinarte hasta que sientas una tensión en la zona baja de tu espalda.

.- Después de sentir la presión deja de inclinarte y permanece en la posición en la que estas durante tantos segundos como puedas.

.- Regresa después a la posición inicial.

.- Ahora con las manos en la cadera ve doblando tu espalda hacia atrás. Inclínate todo lo que puedas y mantén dicha posición durante varios segundos.

.- Repite el ejercicio unas 5 veces.

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Segundo ejercicio:

.- Acuéstate sobre una superficie firme boca arriba con las piernas estiradas.

.- Acto seguido eleva una de tus piernas y sostenla por debajo del muslo.

.- Mantén esta posición por espacio de 30 segundos. Procura contarlos en tu mente.

.- Repite este proceso con la otra pierna

Este ejercicio es particularmente eficaz para el estiramiento de la parte  baja de la espalda.

Tercer ejercicio:

.- Acuéstate boca abajo sobre el  piso o una colchoneta

.- Apoya tus manos en el piso o colchoneta sobre la que te hayas acostado.

.- Eleva el pecho y la cabeza tanto como te resulte posible.

.- Estira los brazos totalmente

.- Mantén la posición durante varios segundos. Tantos como puedas

.- Recupera el aliento y luego repite.

Puedes hacer hasta 5 repeticiones.

Cuarto ejercicio:

.- Posiciónate de rodillas cuidando que tu espalda no esté encorvada. De hecho, procura que esté tan recta como puedas.

.- Adelanta tu rodilla derecha apoyándote en la planta de tu pie

.- Pon las manos encima de esa rodilla y luego inclina el cuerpo hacia ella.

.- Mantén dicha posición tantos segundos como puedas.

.- Repite con la otra pierna.

¿Qué esperas para probar estos estiramientos?

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